A lo largo de sus 35 años de historia la marca
de Nena Lela logro posicionarse en la mente de los consumidores como una gran
opción entre estos productos. A través de los años la empresa creció de forma
desproporcionada y la carga laboral y prestaciones creció de forma exagerada en
comparación a las ventas que se tenían y la estructura de la empresa había
disminuido mas no su carga prestaciones. Esto trajo como consecuencia grandes
pasivos a la empresa y el incursionar en otras ramas diferentes a la del objeto
social como la organización de conciertos y otras actividades, hizo que la
marcase deteriorara dándole paso a otras marcas en la línea de pastas y
congelados y en el mismo restaurante.
A pesar
de esto se tomaron medidas para dividir las unidades de negocio de forma
independiente y se le dio un cambio a la parte administrativa dándole una
dimensión más empresarial y formal buscando socios inversionistas que
refrescaran no solamente a la empresa como musculo financiero sino como cultura
organizacional. Por lo tanto, se inicio un proceso de planeación y
estructuración formal de la empresa. Se elaboro una consultoría que se llevó en el marco del programa de
Consolidación Empresarial de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Consta de
dos momentos esenciales: diagnóstico y planeación. Para la empresa este proceso
de planeación es el más importante estableciendo anticipadamente las metas,
políticas, procedimientos, programas y estrategias para el logro de los
objetivos de la organización y para no volver a cometer los mismos errores. En
este proceso de planeación están involucrados todos los socios para la toma de
decisiones, y todos los trabajadores para el seguimiento y cumplimiento de los
procesos internos. Se tienen en cuenta los consejos y observaciones de
cada uno de ellos para el mejoramiento del servicio.
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